Esta es la tercera parte de la trilogía dedicada a la muerte, nos centraremos más en todo el tema relacionado con la parte espiritual, la parte "trascendente" del Ser Humano. En la primera parte "Muerte y último suspiro" nos centramos más en el proceso físico de la muerte, gran olvidado y no por ello menos importante, y en la segunda parte "Muerte y emociones" donde nos centraremos en todo lo que tiene que ver con los procesos emocionales de la persona que muere y de su entorno.

No pretendo en este artículo hacer todo un tratado de que ocurre exactamente en el momento que morimos. Para ello ya hay muchos libros que lo describen. Especialmente los de la línea tibetana, que son muy técnicos al respecto. Pero no debemos olvidar de todas maneras, que no deja de ser una religión y, por tanto, una parte es su creencia y superstición, y que como tal también crea una realidad mental colectiva que hace que para ellos sea real muchas de las cosas que creen, pues la manifiestan en su "Matrix colectiva".

Mi acercamiento va a ser sobre los puntos claves respecto al que fallece y respecto a los que e quedan, y también sobre sus interacciones.

Ocurre a menudo que unas horas o minutos antes de morir, el moribundo tiene una "visión" de algún o algunos ancestros significativos, casi siempre padre o madre o abuelos. A veces incluso los familiares presentes llegan a verlos y/o sentir su presencia.

Cuando la persona moribunda da el último suspiro, de lo primero que le ocurre es que deja de sentir dolor, pues el dolor es del cuerpo y ella ya no está conectada al cuerpo. Si sigue sintiendo emociones durante un tiempo, pues su cuerpo emocional no se ha disuelto aún, tarda un tiempo variable, y sobre todo sigue teniendo sentimientos, pues su alma sigue existiendo.

También hay que tener muy en cuenta, que a partir de ese momento, para el fallecido, la relación con "el tiempo" cambia totalmente respecto a nosotros en cuerpo físico. Para nosotros el tiempo sigue siendo totalmente lineal, pero para ellos se vuelve totalmente elástico, pues lo que piensan "es" de forma inmediata. Lo mismo ocurre con las distancias, al no existir el tiempo donde piensan "están" de forma inmediata.

Evidentemente como viva la experiencia el fallecido dependerá también de cómo ha vivido su proceso de muerte.
Es fácil de entender que alguien con creencias trascendentes, que transito por su proceso de muerte con aceptación o incluso con sentimiento de volver a casa, vivirá el proceso con tranquilidad, podrá hacer las cosas frecuentes que luego comentaré de forma fácil, hasta que decida hacer el tránsito final a la "Luz" (luego entraré en el tema de la Luz).

En cambio, una persona que ha muerto de forma brusca por accidente o algo así, puede que ni sea consciente de que ha muerto y creer que está en una especie de sueño o realidad rara, donde intenta hacer las cosas normales y él las puede hacer, pero lo que era su entorno que el ve como siempre "no responde" pues no lo ven ni oyen. La persona quedará allí confusa y desorientada. Los antiguos campos de batalla, por ejemplo, incluso después de para nosotros siglos, siguen llenos de almas desorientadas. Otros sitios habituales de estas presencias son los hospitales, cárceles, cementerios, etc. Esta fase es lo que en la iglesia católica se conoce como el purgatorio.

La persona que ha muerto con desesperación y rechazo a al muerte, puede que quede en un estado extraño y atrapada también, pero lo más habitual es que al ver a sus parientes que le vienen a buscar se tranquilice y oriente, sobretodo al ver que no ha muerto realmente en unos niveles aunque su cuerpo si. Pues en muchos de estos casos el miedo era a la muerte, al ver que no existe, se relajan.

Una persona con fuertes apegos o deseos, además quedará atrapado al objeto de deseo, ya sea cosas materiales o personas. Son los típicos fantasmas que rondan en burdeles, casinos, lugares donde se torturó, palacios o castillos, incluso casas. Pero también pueden rondar a personas, en ese caso la persona rondada suele notarlo, aunque no pueda afirmarlo con certeza pues no lo ve, o incluso hay casos en que si los ven. .

También puede ocurrir al revés, una persona fallecida que tiene a alguien vivo muy apegado, puede quedarse atrapado en esta zona de impas porque el "apegado" le retiene.

Otra causa de permanencia en impas puede ser la urgencia de comunicar algo importante a alguien vivo. O se intenta arreglar algo que se arrepiente de haber hecho mientras estaba vivo, etc. La película Ghost es un buen ejemplo de esto.

En el mundo hay mucha gente egoísta, confundida y engañada y eso hace que sean "malos" con los demás, pero hay poca verdaderamente "mala" y que saben lo que hacen. Los primeros pueden quedar atrapados por su confusión o apegos durante un tiempo, pero acabarán siguiendo el proceso hacia la "Luz", los segundos siguen otros procesos en los que no entraré.

Como vemos el proceso puede ser variado, pero más o menos podemos decir que hay unas pautas habituales.

Hay una película que ilustra muy bien toda esa fase de transición, y como nos quedamos atrapados en nuestras propias películas mentales de forma reiterada, es "Nuestro hogar", os recomiendo mucho verla.  Si os quedáis con las muchísimas claves que da, podéis tener una idea bastante buena del tema. Para ello podéis obviar las necesidades de guion para que la película sea comercial y la dificultad de explicar algo tan sutil con imágenes 2-3D,

Paso a explicar otra parte habitual e interesante después del fallecimiento, que es la posibilidad de la comunicación entre el fallecido y los que se quedan. Es algo mucho más habitual de lo que podemos imaginar, lo que pasa es que la gente no suele explicarlo por miedo a que la tomen por loca.

Se suele producir dentro de las primeras horas/días del fallecimiento, y como más tiempo pasa menos probable es. Además, es mucho más fácil cuando el que recibe el contacto no se lo espera en ese momento, pero está abierto a esa posibilidad (creencias trascendentes).
En cambio, alguien que lo espera con mucha ansia, precisamente por la gran energía emocional que despliega con eso bloquea la posibilidad de que el fallecido acceda de una forma palpable y evidente. Hay que ser conscientes que el fallecido ya no dispone de energía física para manifestarse, solo lo puede hacer desde planos un poco más sutiles, pero aún nos es fácil percibirlo de una forma clara y evidente.
Si hay mucha presión energética desde nuestra parte no podemos percibirle. Para ejemplificarlo sería como intentar escuchar a alguien afónico al lado del altavoz de una macrodiscoteca.

A medida que pasa el tiempo, los cuerpos más cercanos al físico del fallecido van desapareciendo y por eso se hace más difícil ese contacto perceptible, al menos para la mayoría de personas. El contacto siempre será posible, porque eso siempre es posible entre Ser y Ser, pero aquí el problema somos nosotros mismos que estamos desconectados habitualmente del Ser y por eso no podemos realizar esta comunicación.

La forma más habitual con personas muy allegadas es a través de símbolos. La persona que queda, de alguna manera, recibe señales claras a través de códigos que solo los dos conocen: una imagen o algo que aparece, algo movido de sitio, olores. Algo dicho por alguien que reconoce que no sabe por qué dice eso ni entiende, pero el receptor si. Muchísimos casos de esto último ocurre a través de niños, pues están menos cerrados a cosas "no normales".

starghostY no es tan habitual, pero también ocurre, que es la visión directa y tal cual, incluso con conversación bidireccional con el fallecido. La conversación solo ocurre si hay aceptación y total neutralidad ante la situación por parte del receptor, si hay tracción o rechazo emocional de algún tipo es imposible, el fallecido no tiene energía suficiente para vencer esa barrera en nosotros.
La visión sin conversación si es más fácil, pero implica como mínimo un estado de estabilidad y tranquilidad emocional por nuestra parte suficiente. La visión puede ser desde una simple sombra a una visión clara, pero si es clara, se nota de todas maneras una levedad, una intangibilidad, un poco como los hologramas de las películas.

Por los muchísimos casos que conozco personalmente, no hace falta que el receptor sea "vidente" normalmente. Si hace falta que el receptor no esté absolutamente cerrado a esa posibilidad, porque entonces el mental bloquea la puerta. Si el cerramiento es por miedo, no por falta de creencia si se puede producir la visión, pero será fugaz, pues el miedo bloqueará enseguida la visión.

También en muchos casos esta visión, incluso con conversación, llega a través de sueños. Aunque en este caso, es más fácil que la gente lo viva simplemente como un sueño más y como creación propia, no como algo real.

Cuando la persona fallecida vive la espiritualidad de forma consciente y real, no de máscara, es mucho más fácil que gente cercana la vea. La razón es muy simple. "Viven" su muerte como algo natural, entienden y son conscientes de lo que están haciendo y viviendo y suelen ir a despedirse de la gente cercana e importante para ellos o para los que el fallecido era importante. Es una forma de decirles, no te preocupes, estoy bien. O incluso de confirmarles que existe un más allá.

¿Podemos buscar esa comunicación con fallecidos?
La respuesta es si, pero antes de hacerlo hay que preguntarse ¿por qué? ¿Para qué?
Y solo lo podemos hacer si hay un absoluto desapego y estamos relajados. Eso no quiere decir que no tengamos ningún sentimiento, pero solo funcionará si estamos en estado de AMOR y aceptación total. A la mínima presión emocional se acabó.

No hay que hacer ningún ritual, ni ninguna invocación, ni nada por el estilo, pues eso seria magia negra. Ni ningún ritual propio, pues como lo haremos "pensando en.." ya estamos interfiriendo. Eso si, debemos estar relajados, receptivos y tranquilos
La forma de hacerlo es realmente muy sencilla. Es tan simple como visualizarla delante de nosotros y conversar con ella como hemos hecho siempre, NADA MÁS.
Lo difícil, y es donde suele aparecer la barrera que lo impide, es, por una parte, estar totalmente abierto a que eso ocurra, que no es lo mismo que "querer" que ocurra y, por otra parte, estar realmente escuchando, y no pensando lo que queremos oír.

Es muy sencillo, nuestro cerebro y nuestro pensamiento despliegan una gran energía, si lo activamos hacemos imposible ver o oír la energía sutil que llega desde la otra persona. Pongo aquí persona, porque esto funciona igual con los vivos que con los muertos.
Si que es cierto que con un muerto reciente es más fácil porque es fácil que busque esta comunicación y aún dispone de energías cercanas a lo físico que nos hacen más fácil percibirlos.

Un muerto de hace tiempo ya no tiene esa facilidad de que lo percibamos a un nivel más cercano a lo físico, y también puede que ya no busque comunicarse con nosotros. Y un vivo, tiene su propia mente que hace que con su ruido no reciba lo que si hemos comunicado con su Ser, y, por tanto, no sea consciente.

Otro tema es la visión de "fantasmas". Con las películas nos han puesto en la cabeza que los fantasmas son malos y que se dedican a perseguir a la gente. Eso existe también, pero en realidad hay de todo.
Un fantasma no es más que un ser desencarnado, que por algún motivo ha quedado atrapado en esta dimensión.
La mayoría por confusión propia o apegos como ya he comentado. Son los que muchas veces se manifiestan en lo Ouija, dicen cosas por vía de los médiums, etc. Cuando detectan que alguien si los ve se apegan a ellos para intentar comunicarse, pues están desesperados al ver que la gente que ellos si ven no les hace caso porque no los ven ni oyen. A estos es relativamente fácil ayudarlos orientándolos hacia la "Luz".

Pero hay otra categoría con la que si hay que ir con cuidado, y son los que han descubierto que pueden "chupar" energía de los vivos, para mantener activos algunos de sus cuerpos sutiles más cercanos a lo físico y a través de ello operar de una forma más cercana a lo físico, cuando normalmente se disolverían. Probablemente, cuando estaban vivos, ya eran "vampiros energéticos” de la gente de su alrededor, y siguen igual.
Estos pueden apegarse a la gente vulnerable y arruinarles la vida, dejarlos agotados, chuparles literalmente la vida. Cuando parasitan a alguien pueden impulsaros, ha hacer cosas que la víctima no haría nunca. Es lo que en la tradición católica muchas veces se llama demonios. "Tientan" a la víctima ha hacer cosas que ellos querrían hacer. Y como más sufrimiento crean en el huésped, más energía reciben y, por tanto, más poder tienen sobre el huésped, es un proceso que se realimenta.
En estos casos muchas veces el huésped dice que él no quería hacerlo, que algo lo obligo ha hacer aquello y que el no quería, etc.

De hecho los exorcismos no es nada más que extraer un ser de estos que parásita a otro. Y es algo real más allá de la terminología usada para definirlos. Como estamos en una cultura judeocristiana se le suele poner el nombre de demonio, pero más bien sería correcto llamarlo parásito y manipulador astral, porque es lo que es más allá de dioses, demonios y religiones.
La forma de protegerse y tratar con estos elementos será motivo de otro artículo, pues es muy extenso.

En resumen, la barrera entre “este” lado y el “otro” es mucho más tenue de lo que pensamos. Si estamos abiertos a esa posibilidad nos pasarán más cosas interesantes de las que podemos imaginar.

Él artículo que continuará a este es sobre el proceso del duelo de las personas que quedan.

 

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Autor:  Josep Vergés  Fecha: 12/4/2014

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