En este artículo continuo desarrollando el tema del Karma, pero en esta ocasión desde la perspectiva de nuestras propias creaciones mentales.
Como comentaba en el artículo (Karma, energía y Continuidad de Consciencia) tenemos un concepto muy judeocristiano del Karma. Concepto que ha sido muy enfatizado por los que siempre nos han controlado desde el miedo y la culpa a través de la religión. Ahora se ha puesto de moda lo oriental, pero sobre todo la parte que sigue sirviendo para manipularnos, no el verdadero sentido liberador de esas enseñanzas.

Para entender el tema de las creaciones mentales, debemos ser conscientes de que la energía sigue al pensamiento. No puede ser de otra manera. Los pensamientos tienen formas geométricas y esas formas geométricas transforman por "resonancia" y "conforman" la energía asociada a esos pensamiento. Por tanto esos pensamientos tienen capacidad de crear realidades.
Como se ve en la película "Nuestro Hogar" (Noso Larr) cuando no estamos encarnados, al no existir la dimensión tiempo, lo "pensado" se manifiesta instantáneamente para nuestra consciencia, creando el holograma de nuestra realidad de forma instantánea, da igual si es "positivo" o "negativo".
En cambio cuando estamos encarnados al existir la "dimensión" tiempo las cosas "tardan" en manifestarse, además que se debe "concentrar" la energía para que se materialice como algo físico.

 Tendemos a pensar que muchas cosas que nos pasan a lo largo de la vida son consecuencia del karma. Y en occidente tenemos un concepto muy judeocristiano del karma, “hiciste algo y ahora estas pagando por ello”.
Pero normalmente se olvida que la mayor parte de lo que llamamos karma no es otra cosa que la manifestación de energía, energía que además procede de nosotros y llevamos con nosotros a lo largo de distintas vidas. Y energía que en realidad gestionamos nosotros mismos, no hay un “Dios” allí fuera pasando factura.
Vamos a tratar de explicar como funciona el mecanismo.

Empezaré explicándolo a nivel físico, pues es más fácil de entender, y en una misma vida.