Es espectacular ver como vuela un enjambre de tordos. Vuelan a miles juntos y no hay un líder concreto. Cada uno de los que va delante en un momento dado hace un micro giro y hace que todo el enjambre cambie una décima de grado de la dirección del grupo, luego otro y luego otro y así. Al mismo tiempo con ese movimiento “líquido” que van haciendo los que estaban delante pasan a un lado, luego dentro y otros ocupan el delante y el lado.
Para quien no haya visto la maravilla del espectáculo, ver estos videos:
La consciencia humana tanto individual como colectiva funciona un poco así. Un pensamiento solo produce un micro cambio de dirección, pero un pensamiento repetido acaba tomando el control y orientando a todo el conjunto de la misma manera.
El fascismo es muy consciente de cómo funciona eso. Por eso trabajan inoculando mensajes a base de machacona repetición. No importa que no sea verdad, poco a poco eso va calando en las consciencias. Y poco a poco el “enjambre” de la consciencia individual, y también la colectiva, va decantando hacia sus postulados.
Ya tengo unos años, viví los últimos años del franquismo, los primeros años de pretendida democracia, los últimos años de pretendida democracia y ahora.
Después del franquismo, hubo un momento de gran libertad, donde se podía hablar de casi todo sin problemas. (Seguro que había otros problemas, pero no es el tema ahora). Se podía hacer broma de casi todo, a veces incluso la gente se pasaba tres pueblos, y no pasaba nada. En Televisión Española, heredera del franquismo, podías ver debates como “La Clave” con el José Luís Balbin, donde se debatía de todo con total libertad, respeto y profundidad.
Pero poco a poco cada vez eso se ha ido coartando. Ha sido un proceso lento y muy sutil. Poco a poco se ha ido entrando en la dinámica de lo “políticamente correcto”, poco a poco se ha convertido en tabú hablar de ciertos temas o de ciertas orientaciones de temas concretos. No se ha “prohibido”, pero cada vez más temas se han visto sesgados y bloqueados. No se puede hablar de ello.
Y quien osa franquear esa línea roja, hasta hace poco, no tenía consecuencias penales, pero si le saltaba encima toda la caballería mediática y de redes sociales. Ahora ya con la ley mordaza y la aplicación torticera del delito de odio, ahora si se va a la cárcel.
Ha sido un proceso lento, pero como los tordos, han ido calando pequeños mensajes con respecto a la consciencia individual y colectiva. Poco a poco, muy poco a poco, se ha construido una red de represión y autorepresión asfixiante. Y lo peor es que en su gran mayoría es la propia gente que retroalimenta este problema. Pero no es casualidad que se haya llegado aquí. Era algo buscado por ciertos grupos que quieren imponer su punto de vista a los demás. Aquí da igual si era gente con etiqueta de derechas o de izquierdas. Unos contra otros le han regalado al fascismo ese resultado, porque ellos, que ostentan el poder y lo usan impunemente, han ganado la batalla de las consciencias y del miedo.
No es algo nuevo. Los nazis fueron unos expertos en eso, culpabilizando y demonizando a una parte de la población, consiguieron que la gente, en lugar de ver las causas reales, culparan al “distinto” de todo.
Ahora no voy a ser políticamente correcto. De los fascistas ya era esperable, pero desde el lado “progresista” hay que ser conscientes que ellos también han contribuido y mucho a esa situación. Pero insisto, por lo sutil de esos movimientos, ha sido algo que ha ido calando y contaminándolo todo sin que la mayoría de la gente se diera cuenta. Y cuando alguien intentaba dar la alarma de eso, se le demonizaba también.
Ejemplos muy evidentes de eso en el lado “progresista” son todo lo relacionado con el cambio climático, feminismo, LGTB, sionismo, etc.
A mí nunca me hicieron gracia los abundantes chistes machistas del principio del postfranquismo. Y poco a poco se estaban muriendo de inanición porque la gente ya pasaba de ellos. Pero entonces surgió una parte del feminismo muy intransigente y beligerante con el tema, que saltaba a la mínima de cualquier cosa que “ellas” pudieran remotamente catalogar de “machista”. Sé cerro bastante la puerta, al menos en ambientes públicos a esto.
Con el cambio climático ha pasado lo mismo. No se puede cuestionar. Quien lo cuestiona es anticientífico. Y quienes lo cuestiona solo son conspiracionistas. No se puede hacer un diálogo franco y abierto de distintos puntos de vista, de que hay de cierto y que no, que se puede hacer, etc.
El caso LGTB es paradigmático de lo que estoy explicando. Primero de todo quiero decir que respeto lo que sienta y quiera ser cualquier persona. No cuestiono en absoluto que cada cual sienta y ame como quiera. No hablo de eso. Hablo de como poco a poco el lobby gay, muy potente y que ha tomado conscientemente una parte del poder y medios de comunicación en muchos países, han ido imponiendo una perspectiva de que es maravilloso ser gay.
Y además, en todos los programas aparece una tasa de “cuota” gay, muy por encima de la proporción real en la calle. Y cualquiera que se atreva a comentar algo como lo que acabo de decir, le salta la “caballería” encima. Y el problema es que los grupos “progresistas” apoyan ese linchamiento público. Un ejemplo reciente en España fue el famoso bus de “Hazte oir”. Una gente retrógrada es cierto, paseaba un autobús diciendo que “los niños tienen pene y las niñas vulva”. Cosa que biológicamente es cierta, evidentemente. Otra cosa es como lo viva cada uno. Pues bien, toda la “progresía” puso el grito en el cielo, y consiguió que ciertas autoridades progresistas censuraran el autobús, lo multaran y lo inmovilizaran. Se sintieron muy orgullosos de haber “derrotado” a los de “Hazte oir”.
En realidad el tiro les salió por la culata, pero ni se dieron cuenta ni lo aceptarán nunca que fue así. Primero pusieron altavoz al autobús, que no solo lo vio quién lo vio, sino que salió el “mensaje” en todas las TV y radios, no solo de España. Y segundo y más sutil y más grave, estaban “aceptando” que se puede prohibir expresar ideas. La misma estrategia que se usó para parar el autobús, ahora mete a raperos en la cárcel. Pero insisto, es un tema sutil que va cuajando poco a poco.
Otro ejemplo es el tema holocausto y sionismo. No soy negacionista, eso causo la muerte de millones de personas y no debe repetirse jamás. Pero que en algunos países esté prohibido estudiar el tema desde una perspectiva que no sea aceptar sin más las premisas de que todo fue como nos han dicho los ganadores…. Eso atenta de entrada contra el mínimo sentido común.
Volviendo al tema de fondo. Todo eso va destilando un caldo que poco a poco nos ha llevado donde estamos. No se puede hablar de muchas cosas de forma abierta y normal, sin riesgo a que te caiga una multa o incluso cárcel. Y si queda muy bien decir que toda la culpa es del gobierno, etc. y ciertamente son responsables de parte de esa represión. Pero los grupos en teoría “progresistas” también son responsables de ese proceso de incremento de la censura, porque cuando les interesaba también la han usado. El fascismo siempre usa a su contrario para ganar. Y de momento lo está consiguiendo usando a los “progresistas” como tontos útiles, haciéndoles seguir el juego de crear microrepresiones, que sumadas terminan en una gran represión que es donde estamos.
Autor: Josep Vergés Fecha: 1/4/2018