(Publicado en mi blog antiguo el 25/8/09)  Puedes escuchar este post en formato audio en: https://www.ivoox.com/19501924

Mucha gente no entiende de que va esto de la bolsa, pero incluso los que entienden no tienen claro las consecuencias nefastas de su actividad.

Veamos donde empieza esto de la bolsa.

Cuando alguien tiene un proyecto empresarial y tiene dinero suficiente para ponerlo en marcha, pues crea una empresa a su nombre y es totalmente suya y ya está.
Los posibles beneficios o perdidas, serán todos para el. (Otro día hablaremos del tema impuestos para no liar la cosa ahora).
Si la quiere vender, busca un comprador, exactamente igual que como venderíamos una casa o un coche. Su precio será un pacto entre comprador y vendedor.
Lógicamente este precio estará en función de las propiedades de la empresa, su estado financiero, su facturación, sus perspectivas de negocio, la prisa por vender o comprar, etc.
Por tanto, aunque siempre habrá un grado de subjetividad, tenemos una relación clara y evidente entre que compramos y su precio.

Otra posibilidad es que quien tiene el proyecto no tenga el dinero o los medios suficientes, y se asocie con otra gente. Uno pone la idea, otro el trabajo, otro el dinero, o todos un poco de todo, hay mil combinaciones posibles. Da igual la combinación.
En cada país se llamará de una manera distinta aunque similar.
En España la más habitual es la Sociedad Limitada, aunque también puede ser una Cooperativa, y que otro día hablaremos de ellas. La idea es que la empresa es de los varios socios que la forman, y que cada uno puede tener un tanto por ciento de la titularidad, y consta en algún tipo de registro su nombre explícitamente.
Salvo pactos específicos, los beneficios y pérdidas se reparten en función de la participación.
Cuando alguno de los socios ( o todos), por el motivo que sea, quieren vender su participación, aquí ya es más complicado.
Alguien tiene que querer comprar, pero los socios que quedan deben aceptar la entrada del nuevo socio, si no será una fuente de problemas. Pero bueno, suponiendo que todo el mundo está de acuerdo, el precio de la participación, también debería estar bastante relacionado con la realidad de la empresa.

Esto último puede ser relativamente fácil para empresas pequeñas y con pocos socios. ¿Pero que ocurre con empresas muy grandes y con muchos socios? Es inviable el trasiego de compras ventas, autorizaciones de todos, etc. Al final se colapsaría la compra venta y nadie querría entrar al no poder vender cuando quiera.

Esto llevó a la creación de las Sociedades Anónimas. Aunque la idea básica es la misma, reunir capital para llevar adelante un proyecto empresarial, se hace de forma distinta.
Aunque hay distintas modalidades, resumidamente es que la empresa emite una serie de participaciones (seria como billetes de papel), que la gente puede comprar al precio de “salida”, pongamos por ejemplo 10€ por participación. Uno puede comprar una participación, es decir 10€, o un millón de participaciones es decir 10millones de €.

Luego ampliaremos el tema, uno también puede vender, independientemente de las participaciones (acciones) que tenga una o un millón, siempre y cuando las tenga, claro.
Su compra venta es fácil. Aunque cada país puede tener una legislación que ponga ciertos límites, los demás socios no tienen nada que decir. Por eso es “Anónima”.
Aunque la empresa lógicamente tiene una relación de propietarios para poder pagar los beneficios, es un registro ágil. Uno simplemente compra o vende, lo comunica a la empresa y ya está. No hay un registro público de la administración.
Así se han creado todas las grandes empresas desde el siglo XVIII. Una típica en el XIX fueron las de ferrocarriles. Todos hemos visto películas al respecto.
Si el ferrocarril va bien, los accionistas cobran los “dividendos”, que viene de “dividir” los beneficios a repartir en función de las acciones que tiene cada uno.
Por ejemplo si hay que repartir 1000€ entre 100 acciones, le tocara 10€ a cada acción. Por tanto si yo tengo 2 cobraré 20€. Si mi vecino rico tiene las otras 98, cobrará 980€.

Hasta aquí la cosa en si parece positiva y de sentido común. Y de echo hasta aquí lo es.

A veces oímos los beneficios de una gran empresa, como un banco o una telefónica y se nos ponen los pelos de punta al oír miles de millones de € de beneficio del ejercicio ( año contable, que puede no coincidir con el año del calendario). Como mentalmente lo comparamos con nuestra nómina... Al menos la mía, no se parece a eso ni remotamente, ya me gustaría.
Pero si lo repartimos entre los CIENTOS de MILES de € que hay puestos en esa empresa en forma de acciones, vemos que en realidad no es tanto. Al repartir, realmente se cobra un pequeño tanto por ciento del valor de la acción. Es decir tienes 1000€ en acciones por ejemplo cobras ese año 25€, es decir un 2.5% de beneficio respecto al dinero invertido. Si la empresa ha ido muy bien, se repartirá más %, si ha ido peor, pues menos o incluso nada.

Hasta aquí también parece razonable, y este fue el principio del sistema de acciones.

El problema viene cuando aparece la compra-venta a precio distinto de lo que valía la acción. Es decir. Tu quieres vender acciones de una empresa que va muy bien, y aunque la acción en si valdrá teóricamente lo original, lógicamente tendrás muchos posibles compradores. Por tanto, seguramente podrás vender a un precio más alto de lo que te costó al comprar. Son las plusvalías (de “más valer”).
Si necesitas vender, y la empresa pasa por un mal momento, solo encontrarás compradores vendiendo más barato de lo que te costó. Has perdido dinero.

Y aunque esto no parezca de entrada tan grave, ahí radica uno de los problemas de fondo del sistema de acciones.

La mayoría de gente compra y vende sin tener un conocimiento real de la situación real de la empresa. Se compra y se vende BASICAMENTE por razones ESPECULATIVAS. Es decir, al comprar o vender acciones, no se hace pensando en los dividendos que pueda dar esa empresa. Se compra pensando en que el precio de las acciones subirá y por tanto se podrá vender más cara, ganado dinero con eso. En realidad la empresa en si importa un bledo.

Es ahí donde reside el pelotazo de la bolsa.

Es por ejemplo lo que ocurrió hace unos años con las empresas llamadas .com ( de cosas de internet). A lo mejor era una empresa con 10 trabajadores, un despacho de 100m2, y que hacia algo por internet. Con la fiebre de la .com, todo el mundo quería comprar .com. Daba igual lo que fuera, todo subía, en algunos casos las acciones en semanas llegaron a valer 500 veces su precio de salida. Todo el mundo loco comprando. Toda la gente que se dedicaba al tema financiero sabia que iba a explotar, como el boom de la construcción en España ahora, pero como seguía subiendo...
Hasta que un día, alguno de los grandes del tema decidió que no se arriesgaba más, que vendía las acciones ahora que estaban altas ( es lo que se llama recoger beneficios). Eso genera una pequeña tendencia a la baja.
Los otros grandes que están muy alerta con el tema saben que toca vender y venden todos de golpe. Los pequeños inversores aficionados que no se enteran siguen comprando pensando que se van a forrar. Los grandes ya han echo su dinero, ganado en semanas burradas de dinero vendiendo aire, con una pequeña inversión. A veces pues eso, beneficios de 500 a 1. Y los pequeños inversores que no se enteran, son los que pringan. Son los que han comprado a 500 lo que vale uno, o vale cero porque la empresa igual no resiste y desaparece.
Ahí pringaron montones de pequeños ahorradores, ya sea con la compra de acciones directamente, o la gran mayoría, con los fondos de inversión o pensiones que invirtieron en esas acciones. ¿Os pensáis que los bancos perdieron dinero? Ellos no, porque las acciones que ellos tenían directamente como propias ya las habían vendido. Las que no vendieron fueron las de los fondos de pensiones o inversión, que ellos tienen en depósito pero NO son suyos. Son de los inversores pequeños, y son estos inversores pequeños quien perdió el dinero, no el banco, y por tanto al banco le da igual.

La historia siempre es la misma, hinchar algo, para que todo el mundo entre, pero cuando ya es evidente que está estallando, los grandes salen, recogen fortunas de beneficio, dejando pringados a los pequeños. Y insisto, no hace falta tener directamente acciones. Si tienes un fondo de pensiones o de inversiones, seguro que pringas. Un banco siempre venderá primero las acciones de las que es titular, para asegurar su beneficio. Una vez a terminado con las suyas, empezará, para disimular, a vender las de los fondos, pero entonces ya es tarde para sus desgraciados inversores. Y los consolarán diciendo que la bolsa es así, por eso le llaman juego.

Pero el tema no termina ahí, aún hay más.
Ahora con la crisis se dice que tal o cual magnate a perdido la mitad de su fortuna con la caída de la bolsa. ¿Que significa esto en realidad? Significa en realidad que ahora tiene menos aire que antes, pero en realidad no es que tenga menos dinero en la cuenta que antes. Lo que tiene es unos papeles que le hacen titular de un parte de una empresa, que ahora se pagan menos que antes por ellos, independientemente de que esa empresa vaya de maravilla o de pena.
Entonces, ¿que significa eso? Que su fortuna se basaba en el “valor” de las empresas de las que es accionista.
¿I que es ese valor? Esa es otra de las perversiones del sistema.
Se ha invertido los planteamientos de lo que seria de sentido común.
Lo lógico seria que si una empresa va bien, tiene beneficios, tiene pedidos, las cosas van razonablemente bien, etc. tuviera “valor”, y si va mal tuviera poco “valor”.

Pero en realidad no va así la cosa. No es que esto se ignore del todo, pero si que importa poco. Cuando se habla de “valor” de una empresa, se habla del valor “venal”, es decir lo que pagarían en ese momento si vendiera esas acciones.
El sistema está tan pervertido en este sentido, que una empresa que va de maravilla a nivel de la realización de sus fines, puede haber un movimiento especulativo a su alrededor, que en pocos días puede dejar el precio de las acciones a la mitad. Entonces se dice que la empresa a perdido “la mitad de su valor”. Cuando en un primer momento eso no le debería afectar en su trabajo, pues todo el tema de las acciones una vez vendidas es ajeno a ello, excepto por los dividendos.
A la larga si le afectará, porque los bancos no querrán dejarle dinero, o se lo dejarán más caro. Según quien por miedo preferirá trabajar con la competencia, etc. lo que creará un descenso real, que también repercutirá probablemente, entonces si, en otra bajada de las acciones. Al “valer” menos, tendrá que mantener dinero líquido en los bancos para “proveer fondos por posible insolvencia”, con lo que dispone de menos dinero para operar, con lo que se agrava el problema, se reducen beneficios, etc. Y sin razones empresariales para ello, una empresa que funcionaba bien puede quebrar.

A veces esos movimientos están echos para poder comprar más barata esa empresa.
Hay que tener en cuenta que no nos podemos imaginar la magnitud de los entramados financieros que hay en el mundo. Tendemos a pensar como cosas independientes, pero no es así. Un banco es propiedad de otros bancos y a su vez estos lo son de otras empresas y a su vez estas son propietarias de los bancos, y a su vez unos u otros están controlados a lo mejor por un grupo inversor de los petrodólares o por un multimillonario de esos de las revistas.
Una cosa es la apariencia y otra es la realidad de quien mueve los hilos por detrás. Uno de estos popes, que tienen más poder real que la mayoría de los países del planeta, decide hacer un movimiento orquestado tocando diferentes teclas de sus conglomerados, y puede hundir o elevar lo que le de la gana. Y casi nadie pensará no ya que ha sido él, si no que a sido orquestado. Solo la poca gente que está al tanto de estos detalles se entera, pero como son del club le da igual mientras no afecte a sus cosas. Y ya procuran protegerse entre ellos.

Pero como decían en los dibujos animados: “No se vayan todavía, aún hay más”.

Otro problema es el de los consejos de administración de las empresas.
¿Quien está en ellos? Generalmente son gente del mundo financiero que vive en el limbo del dinero, no conocen la realidad de la gente corriente. Si miráis, tal que está forrado, es miembro de tal y de cual y de aquel otro consejo de administración. Y si miras a fondo ves que tal empresa (fabrica, banco, cadena de algo, da igual) que está controlada por otra, y que a su vez por otra, etc. Si sigues la cadena, ves que estos miembros del consejo de administración, de unas y otras son los mismos dentro de cada entramado de empresas.

Aunque suelen tener acciones de la empresa, les importa un bledo como vaya la empresa como tal, mientras se gane “valor para los accionistas” que ellos llaman. ¿Que significa eso en realidad? Significa que las acciones se paguen más. ¿Y como se consigue eso? No importa tanto que la empresa tenga beneficios, aunque lógicamente incide. Tampoco importa que la empresa cumpla sus fines estatutarios. Menos importan los trabajadores. Importa la apreciación de que es una empresa que “gana valor”.

¿Y como se consigue eso? Con mucho márketing de cara al “valor”. Una forma típica es con grandes inversiones que salgan en todos los periódicos. Otra es despidiendo trabajadores como reducción de plantilla, la idea que hay detrás es que con eso ganará más dinero, y saldrá gratis publicidad en todos los periódicos. Otra es vendiendo una parte de la empresa, como eso generará unos beneficios “atípicos” (que no vienen de la función de la empresa en si), pero son dividendos, también venden “valor”. También vende mucho una deslocalización.
La lista es muy larga. Pero nunca es el bien real de la empresa en si como entidad, ni la producción de calidad, ecológia, etc y menos el bien de los trabajadores, claro.
Además es probable que no tengan la más mínima idea técnica del tema que va la empresa. Ellos solo ven números, no ven una entidad, no ven personas detrás.

Además hay una cortez de miras a largo plazo espeluznante. Importa solo el beneficio inmediato, pasado mañana no importa. Hay que ganar ya.

A más “valor” inmediato consigue un consejo, más se cotizan sus miembros para formar parte de otros consejos. Como lo que cobra el consejo se lo fija el mismo, por eso cobran esas burradas. Y aunque ellos mismos pueden ser accionistas, seguro que pueden ganar más desde el propio consejo como remuneración y sobre todo con la especulación en bolsa, que no con los dividendos. Por eso les dan igual los dividendos, y por eso los dividendos suelen ser mucho menores de lo que podrían ser realmente sin esos chupopteros. Y como siempre pringa el pequeño accionista.

Ellos deciden, y luego los directivos en nómina, tiene que buscarse la vida para aplicar aquellas directrices. Directrices que a veces pueden ser desde la perspectiva de la lógica de la empresa como entidad funcional productiva o de lo que sea, absurdas.
Y como se juegan el puesto no protestarán, se cargarán lo que sea con tal de que aquello absurdo, aparentemente funcione.

Recuerdo un día cuando trabajaba para una multinacional en una de sus fábricas. Desde arriba llego la orden de reducir la relación horas de trabajo por producto fabricado a toda costa.
La teoría siempre es la misma, menos costes de trabajadores más beneficios. Y en teoría de por si, que todos trabajemos menos no estaría mal, otro día hablaré de ello.

¿Que ocurrió? En concreto, por ejemplo, se quito una persona en cada linea de empaquetado. Si, se ahorraron un sueldo en cada turno. ¿Pero cual fueron las consecuencias? Las personas que quedaban estaban tan sobrecargadas, que no podían atender bien el proceso, y se multiplicaron los atascos, los fallos en las máquinas, etc. Resultado final. Mayores costes por rechazo de producto mal realizado y menor producción.
El coste de las mermas y reducción de producción era mucho más elevado que el sueldo eliminado. Nadie hablo nunca de los costes adicionales generados, pero se había cumplido la orden del consejo de administración.
Se había reducido la plantilla!!!! Que importante!!!! Y que caro que costo en realidad!!!

Bueno ¿y que se puede hacer?

Esa es la gran pregunta. La solución real es complicada, pues implica un cambió social global importante. Algún día se llegará a eso. Y para que llegue se tiene que debatir antes. ¿Porque no empezar ahora los cambios?
El gobierno con las leyes puede hacer mucho. Pero los accionistas pequeños, agrupados, pueden desbancar los montajes especulativos de los grandes accionistas.

Primera y más fácil. Limitar el sueldo del Consejo de Administración y Presidencia.
Limitar por ley y/o por normativa interna la remuneración de los miembros del consejo de administración. De forma que se impida esos pagos galácticos.
Aquí se dirá que entonces los buenos no querrán venir, etc. Si es igual para todos, ya no hay ese problema. Además, ¿los buenos en que? ¿En especulación monetaria?
Tomar por ejemplo una parte fija, y una parte más importante variable, ¿pero en función de que esta parte variable?
De los beneficios, es lógico que sea una parte, pero es peligroso también si es la única.
Pero aquí por ejemplo se podrían añadir más puntos a referenciar como: reducción medible de contaminación de los procesos, reducción de consumo de energía, aumento de producción real sin reducción de plantilla, satisfacción de los clientes y de los empleados, criterios éticos medibles, grado de consecución de los fines creacionales de la empresa, etc.
Que ellos mismos no decidan su sueldo, si no los accionistas, y si ellos lo son NO votan. Y si un accionista es una empresa donde alguien es de los dos consejos, NO vota, así se evitan los favores cruzados.

Segunda. Participación de trabajadores en el Consejo de Administración.
Que también estén representados por ley, y con voto, la dirección de la empresa y los trabajadores. Y que tengan derecho de expresión en la Junta de Accionistas, para que su opinión pueda ser escuchada.

Tercera. Prohibir la venta de acciones hasta pasado un tiempo de la compra.
Esto aunque afectaría un poco al famoso “libre mercado”, otro día también hablaremos de que es eso, limitaría los continuos movimientos puramente especulativos. Obligaría a comprar sabiendo un poco más de la realidad de esa empresa para no jugársela. Actualmente la mayoría de transacciones son puros juegos para aquí y para allá. No compras reales por interés real en esas acciones en concreto. La mayoría de gente que tiene acciones, no tiene ni idea de la empresa en si.

Cuarto. Aumentar drásticamente los impuestos sobre la especulación.
Aumentar muchísimo los impuestos a las plusvalías a corto plazo, y reducirlos al dividendo. De esta manera se fomenta la cultura de la producción a largo plazo, no de la especulación.

Quinto. Obligada venta de acciones a los trabajadores.
Antes de vender fuera, primero siempre dar la oportunidad de comprar acciones, y con facilidades, a los trabajadores. Solo las que no se adquieran, se venden fuera. Y MIENTRAS sean trabajadores, su voto como accionista valdrá un % más que el del accionista no trabajador.

Sexto. Obligada venta a los trabajadores en quiebra.
Cuando una empresa ha caído en picado por razones especulativas, pero en si va bien, el colectivo de trabajadores debería poder comprar TODO el conjunto de acciones, o al menos las que estén en venta a un precio de ganga. Si ellos asumen el tema, probablemente refloten la empresa, si realmente está tan mal ya se irán.

Conclusión
Seguro que me he dejado muchos puntos posibles. De echo debería cambiar como funciona casi todo en esta sociedad, pero esta es una de la scosas por la que podemos empezar.

Podéis participar en el debate y aportar vuestras ideas.

 

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Autor:  Josep Vergés  Fecha: 27/5/2009

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