(Publicado en mi antiguo blog el 20/12/09)

Actualmente con el tema de las bajadas de internet y las copias pirata hay mucho debate sobre el tema de los derechos de autor.
Nos hacen todo un discurso sobre que esto significará el fin de los autores, etc. por el tema de la perdida de derechos de autor.
Como siempre, nos quieren hacer “comulgar con ruedas de molino” (para los no cristianos, dicho de otra manera, “tragar una aspirina del tamaño de un coche”).
Tengo amigos músicos y escritores y entiendo perfectamente que de alguna manera tienen que ganarse la vida con su trabajo.

No es lógico, por ejemplo, que un buen músico tenga que trabajar de repartidor y a horas libres dedicarse a la música. Si le gusta la música y es bueno, que se dedique a la música, el mundo ganará sonidos para deleitar los oídos. Y a quien le guste conducir y sea bueno en ello, que se dedique a repartir, que también los hay y también hacen un gran servicio (entre otras cosas nos permiten comer).

En Europa, los derechos de Autor discográficos tienen una vigencia de 50 años, en Estados Unidos de 95. En relación a los libros, en muchos países está alrededor de 70 años desde la muerte del autor.

Eso quiere decir que, por ejemplo, Elvis Presley que murió en 1977, es decir hace más de 30 años, hay alguien que está cobrando derechos de autor de algo que hizo él. O alguien está cobrando derechos de autor de alguien que murió hace 50 años.

¿Todo esto tiene sentido? Si yo soy albañil y construyo una casa, ¿mis biznietos cobrarán de esa casa que construí yo? (no hablo de ser el propietario, que sería otro debate).
¿Alguna empresa va a pagar a mis biznietos por el trabajo que hago ahora, que encima puedes ser bastante creativo? ¿Verdad que no? ¿Por qué a un autor si?
¿Tiene esto sentido? Yo creo que no.

Una cosa son los derechos de autor y otra muy diferente los derechos de publicación. Vamos a hablar de los dos.

Encuentro lógico que el autor, como persona que ha manifestado una obra literaria o musical, tenga derecho a gestionar y cuidar esa obra y, por tanto, decidir a quién cede los derechos de publicación. Eso implica elegir un editor (o varios para otros países) de libros o discos, que le inspire confianza en que mantendrá el sentido de la obra, que se encargara de difundirla, etc. Esa editorial, para poder amortizar la inversión necesitará también un periodo de exclusiva, cosa lógica. Por esa cesión, y en función de las condiciones de ésta, es lógico que el autor reciba una remuneración, que es la que le va a permitir vivir y sería, digamos, su sueldo. Este derecho de publicación, como responsable de la obra, puedo entender que sea incluso de por vida. ¿Pero que sentido tiene que se proyecte más allá?

Respecto a los derechos de autor, que es un canon a recibir por cada unidad que se vende en el caso de libros y grabaciones o que se proyecta o emite, en el caso de películas, música, etc. también entiendo que es parte del sueldo: a más unidades, quiere decir que se hace más uso de esa creación y significa que el autor es mejor (o tiene mejor marketing), más dinero. Hasta aquí todo correcto. ¿Pero cuándo finaliza ese derecho? ¿En unos años? ¿Cuando mueren los nietos?

Se dice que todo este plazo largo sirve para la jubilación de los autores. ¿Por qué yo tengo que pagar ahora la Seguridad Social o un seguro de jubilación para cuando me jubile y ellos no? Mis nietos no cobrarán porque yo trabaje ahora. ¿Por qué los nietos de un escritor sí?
Ademas, si a los que controlan el tema (luego hablamos de eso) no les interesa y no reeditan o no ponen al mercado esa obra, ese autor también se va a morir de hambre, ¿no?

Qué es lo que en realidad está aquí en discusión y desde dónde salen las campañas en contra de la piratería.

Lo que está en discusión es el gran negocio de las discográficas. Están acostumbradas a grandes margenes provenientes de vender muy caro algo barato y, encima, típicamente cobrar ellos la mayor parte de los derechos de autor. Los autores musicales cobran como mucho el 20% de esos derechos de autor. La discográfica se lleva el 80%de los derechos de autor, más el margen comercial elevadísimo del CD. Y que encima nos hagan pagar por los gastos enormes de publicidad que supone un superventas para eso, para que sea un superventas…

Y como es muy caro, la gente no traga y tira de piratería. Pues que esperaban. A nadie le gusta que le estafen y además legalmente.

Insisto que tal como está montada la sociedad hoy en día los autores tengan derecho a una remuneración por cesión de derechos de publicación y de autor. Además, que esta sea digna, no miserable como es hoy en día. Que realmente permita vivir a todos los que sean un poco buenos y no, como ahora, sólo a los que las multinacionales suben al estrellato.

Seré el primero en pagar por que un autor reciba una parte significativa, justa y realista sobre el precio de venta razonable y a su coste real de un CD. Un CD que todo él sea de calidad y no sólo una canción buena como gancho, que es la que suelen machacar en todas las emisoras todo el día para que la gente compre y que el resto sea para rellenar.

Seré el primero en pagar cuando por las radios deje de escuchar cada día 30.000 veces las mismas canciones y se escuche un poco de todo, permitiendo respirar a los que empiezan, a los poco conocidos, a los medio famosos, etc.

Pero nunca aceptaré que las multinacionales del tema se forren a costa de ellos y con la escusa de ellos intenten colar leyes represoras para mantener su chollo. Leyes para que puedan seguir manipulando y controlando el mercado y que sólo escuchemos lo que a ellos como negocio les interesa. Leyes, que a la que nos descuidemos se pueden ampliar para censurar amplios aspectos de libertad que ahora gozamos en Internet.

Autor artículo: Josep Vergés 

 

 

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