(Publicado el 9/5/10 en mi blog anterior)

Cada vez que abro un paquete de comida me viene el mismo pensamiento. ¿Es necesario tanto envase?
Estamos instaurados en al sociedad del derroche de envases. Los envases pueden representar a veces más del 50% del precio o del peso del producto que estamos comiendo.

(Podeis escuchar este post en formato audio en: https://www.ivoox.com/18811924 )

Ayer mismo comí unas galletas de chocolate ecológicas, que por cierto estaban buenísimas, que llevaban 8 galletas, metidas en un contenedor separador de plástico para que no se pegaran una a otra, a su vez, este contenedor iba metido en una bolsa de plástico para que esté cerrada herméticamente, todo el conjunto metido en una caja de cartón para que se vea bien en las estanterías, y a la tienda llegan en una caja de cartón con unos cuantos paquetes. Total que al final hay más embalaje que galletas.
Es típico ver en grandes superficies una o dos manzanas metidas en una bandeja de poliestireno expandido y envuelto en film de plástico.
Podría seguir mucho rato poniendo ejemplos, pero no es necesario. Hay circunstancias y necesidades en que probablemente sea necesario un envasado tan exhaustivo y individualizado, pero en muchísimos casos, si el sistema de producción distribución fuera coherente no serian necesarios.

Podríamos añadir el coste adicional del transporte. A largo plazo probablemente la parte energética del transporte no sea un problema grave cuando se ponga a disposición general sistemas de producción energética como la energía de punto cero u otras tecnologías que algún día nos liberaran de la dependencia y limitación energética, pero hoy en día es un problema también grave.
Se dirá que parte del embalaje se puede reciclar. De acuerdo y es mejor eso que tirarlo a la basura directamente, ¿pero no es mejor ya no utilizarlo si hay alternativas? ¿O en todo caso sistemas de embalaje reutilizables directamente?

¿Entonces cual es el camino?

Primero de todo consumir en la medida de lo posible productos de producción local. Si por ejemplo las verduras van de un huerto cercano a la tienda de al lado de casa, pueden viajar en una simple caja de madera o de plástico, que una vez usada, la tienda la puede devolver al agricultor.

Usar en la medida de lo posible envases grandes o mejor aún a granel.
Es de loar por ejemplo un experimento que se está haciendo cerca de Girona. Se han puesto máquinas expendedoras de leche de vaca a granel producida en la zona. Uno va con su envase, lo llena y vuelve a casa. Leche fresca, sin tratamientos a parte de la pasteurización, de buena calidad y a buen precio.

Usar envases más grandes tiene el problema de que se estropean las cosas antes de que las consumamos del todo si usamos cantidades pequeñas. Pero muchas veces podemos abrir el envase original, extraer una cantidad para su uso en un tiempo corto y colocar esa extracción en otro envase, botella o “tuperware”, y inmediatamente volver a cerrar el envase grande. Normalmente lo que reduce la vida del producto una vez abierto es su exposición al aire y por tanto su exposición a elementos que iniciarán su descomposición que no estaban presentes al estar en envase esterilizado. Si vamos tirando del envase grande esta exposición es mucho mayor y por tanto se estropeará mucho antes. Si usamos el envase de trasvase, el original tiene muchas posibilidades de conservarse bien mucho más tiempo.

Solo que cada uno dedique un poco de atención al tema, vera como en poco tiempo ha reducido de forma importante la cantidad de envases utilizados y tirados.

Otro planteamiento es que la sociedad debe tender a pequeños comedores colectivos. Hacer una cantidad doble de comida significa mucho menos del doble de tiempo, mucho menos del doble de energía, mucho menos del doble de desperdicio, etc.
Por tanto en la sociedad del futuro se tenderá a realizar las comidas de forma colectiva, al menos en las zonas donde haya núcleos de población. Esto tendrá ventajas desde muchas perspectivas.
Mayor actividad relacional entre los miembros de la comunidad.
Menor tiempo individual dedicado a la preparación de la comida, tiempo que quedará disponible para otros fines.
Al no necesitar cocina, comedor, nevera, etc (o como mucho una pequeña unidad para pequeñas cosas individuales), las viviendas podrán ser más pequeñas, con el consiguiente ahorro en materiales, suelo ocupado y calefacción/refrigeración.
Menores consumos energéticos, con lo que se facilita la posibilidad de energías renovables.
Mejores posibilidades de gestión de los suministros directamente de productores de la zona, eliminando por tanto necesidad de intermediarios. Por tanto más económico y también liberamos tiempo de trabajo, por tanto más tiempo libre.
Menor necesidad de elementos de cocina y de limpieza de platos, etc. Menos materiales y también otra vez menos carga de trabajo.
Menor necesidad de generación de residuos, y más facilidad para su gestión cuando los haya.
Podría seguir con muchas más ventajas, pero que cada uno ponga lo suyo.

Algunos pueden vivir con miedo el echo de reducirse la carga de trabajo laboral, pero eso nunca debería ser un problema, siempre una ventaja. En un articulo posterior hablaré sobre el tema de la reducción del trabajo.

 

 

Autor:  Josep Vergés  Fecha: 09/05/2009

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