Siempre me ha atraído la arquitectura en piedra, especialmente las iglesias y catedrales. De hecho he tenido muchas veces flashes de recuerdos en que yo participaba de distintas facetas construyéndolas (constructor, arquitecto, albañil,  etc.)
También he sido consciente de que en su construcción se han tenido en cuenta muchos factores energéticos. Sabia que la forma en si y las medidas tenia que ver con como contener y gestionar unas energías. Sabia que se tenia en cuenta las corrientes telúricas del lugar para potenciar la energía en su interior (de hecho ya se construían en sitios especiales respecto a este tema, no se ponían en cualquier sitio).

 Y un día de casualidad descubrí que los rosetones son como un chakcra gigante de la iglesia. Es un punto que hace de transformador y transmutador de energías. De puente entre la energía interior y exterior.

Lo descubrí al pasar por delante de un stand en una feria alternativa. Había un señor que vendía reproducciones en cerámica de los rosetones de muchas de las iglesias y catedrales famosas. Al pasar note la fortísima energía que se proyectaba desde la mesa que no sabia de que era. Al acercarme lo vi, y pude notar como cada rosetón proyectaba una energía distinta, asociada a la del rosetón real.
Es decir, cada reproducción es como un pequeño portal del gran portal de la iglesia original. Es como un pequeño repetidor sintonizado al gran emisor y que emite la misma energía.