Siempre me ha atraído la arquitectura en piedra, especialmente las iglesias y catedrales. De hecho, he tenido muchas veces flashes de recuerdos en que yo participaba de distintas facetas construyéndolas (constructor, arquitecto, albañil, etc.)
También he sido consciente de que en su construcción se han tenido en cuenta muchos factores energéticos. Sabía que la forma en sí y las medidas tenía que ver con como contener y gestionar unas energías. Sabía que se tenía en cuenta las corrientes telúricas del lugar para potenciar la energía en su interior (de hecho ya se construían en sitios especiales respecto a este tema, no se ponían en cualquier sitio).
Y un día de casualidad descubrí que los rosetones son como un chakra gigante de la iglesia. Es un punto que hace de transformador y transmutador de energías. De puente entre la energía interior y exterior.
Lo descubrí al pasar por delante de un stand en una feria alternativa. Había un señor que vendía reproducciones en cerámica de los rosetones de muchas de las iglesias y catedrales famosas. Al pasar noté la fortísima energía que se proyectaba desde la mesa, que no sabía de qué era. Al acercarme lo vi, y pude notar como cada rosetón proyectaba una energía distinta, asociada a la del rosetón real.
Es decir, cada reproducción es como un pequeño portal del gran portal de la iglesia original. Es como un pequeño repetidor sintonizado al gran emisor y que emite la misma energía.
El tema me sorprendió mucho, pues nunca me lo había planteado. Entonces me di cuenta de que cada rosetón de cada iglesia tiene una forma distinta y eso, por tanto, significa un comportamiento (frecuencias, armónicos, octavas, etc) con respecto a la resonancia distinto. Si a eso asociamos que las medidas de la iglesia también son distintas resulta que, por tanto, el «resonador» de cada iglesia o catedral es distinto.
Dicho en un lenguaje equivalente entendible para los que no conocen el mundo de los sistemas de radiotransmisores, podríamos decir que cada iglesia emite una «nota» distinta.
Pero además, es importante tener en cuenta que aunque puede haber iglesias que emiten la misma «nota», por sus distintas características el conjunto de armónicos presentes serán distintos. Aunque sea la misma nota de la misma octava, sonará distinta dependiendo del instrumento que la emite.
Armónicos
Si escuchamos una nota Sol de un «Casiotone» suena raro porque al ser sonido sintético es la nota base pura (cosa no natural), mientras que una flauta le añade unos armónicos con distinta potencia. Cada armónico, que es lo que nos permite distinguir la misma nota procedente de un violín, que dará otra gama y fuerza a cada armónico. Esos pequeños matices son los que marcan la diferencia de algo aparentemente igual. En otro artículo me extenderé más sobre el tema sonido y como nos lo han robado.
Con toda esta explicación, lo que quiero decir, es que cada iglesia (de las antiguas echas con consciencia de la energía que gestionaban), está permanentemente emitiendo una energía sutil determinada, asociada a unas frecuencias, y con unos armónicos determinados que hacen que cada una sea distinta.
Funcionamiento de la radio
Y esa energía se manifiesta evidentemente cuando estás dentro, pero al mismo tiempo es como una «radio» que emite a su entorno. En teoría, el alcance de cualquier transmisor es infinito, pero la potencia disminuye según la distancia al emisor, por lo que llega un momento que la señal es tan baja que no se puede distinguir del «ruido» del entorno. Pero mientras estés en el radio de alcance, puedes «captar» la emisora de esa iglesia en concreto.
Pero esto no es todo, el tema es más amplio. Esta señal emitida, sería la «onda portadora» de la emisora. Pero la señal de radio base, se puede modular y por decirlo de una manera «cabalgar» una información adicional en esa señal base. Por ejemplo, una emisora de AM (amplitud modulada) lo que hace es aumentar y disminuir «amplitud» de la señal de la emisión, de forma acorde a la «voz» que se emite. Así, el receptor, transforma otra vez esas variaciones de amplitud en la «voz» y así oímos al locutor que está hablando.
Energía en el interior de la Iglesia
Las iglesias funcionarían de la misma manera. De forma permanente emiten una señal «identificable» por sus características específicas, y esa señal «transporta» una información adicional que dependerá del «programa» que se esté «oficiando» en el interior. La «emisora» en sí es neutra, su función dependerá de para que se la use.
Una emisora de radio puede servir para hacer reflexionar a las personas y que se orienten a la paz, o puede servir para soliviantarlas y llevarlas a la guerra.
Pues una iglesia sería lo mismo. En manos de un sacerdote psicópata, que es capaz de poner a toda su parroquia vibrando de odio contra los musulmanes, esa es la energía que «proyectará» sobre su entorno, provocando una «cruzada». Y si se hace una «misa negra» no digamos. En cambio, en manos de un sacerdote que realmente vibre en el AMOR y sea capaz de transmitir eso a su congregación, esa iglesia «proyectara» PAZ a su entorno.
Cabe añadir que cada iglesia tendrá una fuerte influencia en sus parroquianos, pues al estar en ella a menudo, de forma natural se «sintonizan» con ella. Pero también tendrá una fuerte influencia en su entorno próximo. A mayor tamaño, y/o más energía telúrica implicada, más «alcance». Por eso las ciudades grandes tienen catedrales, para tener la potencia suficiente para influir en toda la gente de la ciudad grande.
Una reproducción del rosetón, hará de mini repetidor de esa «emisión». Y una iglesia que por motivos telúricos, de la misma congregación u objetivos comunes, esté «comunicada» tenderán a sincronizarse y a «emitir» el mismo programa. Con lo cual multiplican su alcance.
Esto las altas jerarquías de la iglesia lo sabían. Y por eso construían las iglesias donde las construían y de la manera que las construían. Les servía para mantener su poder sobre las consciencias de una forma sutil, pero muy potente. Y afectaba incluso estando fuera del templo o sin ir a él.
El proceso es muy simple de entender.
El sacerdote está en un punto «potente» con respecto a la energía telúrica. (Ver nota al final). Esto le permite desplegar una energía más grande de lo normal, que actúa sobre los feligreses. Estos feligreses están en «comunión» (vibrando de forma sincronizada) con lo que reciben del cura, sea lo que sea. Toda esa gran energía, aparte de «marcar a fuego» a los propios feligreses, a través de la «emisora» que es la iglesia, se transmite a todo el pueblo o ciudad cercanos, «programándolos» de forma clara y definida, sin que ellos sean conscientes. Con esto podían imbuir a toda la población con el miedo, la culpa, la obediencia y que solo se podían «salvar» estando con ellos, bloqueando o dificultando mucho el «libre pensamiento».
Con esto entendemos el poder inmenso que tuvo la religión cristiana en esos siglos. Y también entendemos la tendencia instintiva de todos los movimientos revolucionarios o anticristianos a destruir las iglesias en esas épocas.
Sería equivalente al poder que tiene ahora la TV para movilizar o «idiotizar» a las masas, y es uno de los primeros sitios que se toma en un golpe de Estado por los mismos motivos.
No estoy diciendo con esto que haya que destruir las iglesias, pero sí que deberían estar en manos de gente que sea capaz de propagar, AMOR, PAZ, etc. Nunca en manos de psicópatas fanáticos.
De hecho, hoy en día, aunque esos «centros de poder» siguen activos, han perdido, por un lado, mucha potencia al no estar el cura en su sitio. Y por otro, al estar cada vez menos gente sintonizada con ellos.
Todo en la historia tiene su fase de esplendor y de decadencia, y cuando este modelo de «control social» entro en decadencia sobre los siglos 17-18, fue sustituido por las grandes monarquías, revoluciones controladas y nacionalismos manipulados. De manera que los que de verdad mueven los hilos de la humanidad desde la sombra siguieron ejerciendo su «control social», pero de otra manera. Hoy en día en este cambio de ciclo lo hacen por medio de los «medios de desinformación masiva«.
Si tenéis dudas sobre todo lo comentado en este artículo, os recomiendo que investiguéis por vuestra cuenta los distintos aspectos, con mente y corazón abierto.
Nota:
Para encontrar el punto de «poder» en el altar de una iglesia, no hay que olvidar que antiguamente el cura estaba de espaldas a los feligreses, y, por lo tanto, en el lado hacia la iglesia del altar. Ahora, en cambio, está en el otro lado (lado ábside), por tanto, si buscamos allí no encontraremos nada especial. Además, precisamente por este cambio, también muchos altares fueron movidos de sitio respecto al original, lo que hace más difícil identificar ese punto de «poder» por la construcción y mobiliario, hay que buscarlo directamente.
Autor: Josep Vergés Fecha: 20/04/2014