Manifestar el SER

Proceso Ser-Ego Ego-Ser

Hablemos del camino a manifestar el SER, tal como está escrito en mayúsculas.
En todo el artículo voy a jugar con las minúsculas y mayúsculas para diferenciar a qué concepto me refiero. A veces se confunden, pero no son lo mismo.
La estructura inicial habitual es “EGO → ser” para terminar con la estructura “SER → ego” que es como debería SER.

Hay muchos conceptos erróneos de cómo transitar ese camino. La mayoría creados básicamente para despistar y que el EGO se enrede en ellos, quedándonos “atrapados” de manera que seamos totalmente manipulables y utilizados por los que gobiernan y explotan a la humanidad sin que esta se dé cuenta.

Lo primero que hay que poner en su lugar es el “lenguaje” interno, pero que expresa concepciones de cómo “son las cosas”.

La primera expresión habitual (lo expresemos como lo expresemos, en sus variantes) a corregir es:

Estoy trabajando para manifestar “mi Ser”. Ese “mi” que parece irrelevante, está manifestando ya de entrada algo que “NO ES”. Nuestro EGO que es desde donde decimos eso “NO TIENE un ser”.
Es el SER que tiene como vehículo de manifestación en la tierra un “cuerpo”, una “personalidad”, un “ego”. Revertir esa expresión interna es clave para empezar a poner las cosas en su sitio. Y es importante porque nuestro mundo interno del hemisferio izquierdo (mente lineal) se autoprograma y funciona con palabras. Responderá en función de con qué la programemos, ya que normalmente funciona en modo “piloto automático” desde sí misma, como si ella fuera la jefa (EGO).
Esta es la clave esencial, pero hay más.

“El camino a manifestar el SER es muy largo y difícil”

Eso es así si para llegar a la cumbre nos empeñamos en coger el camino más largo y complicado, porque esto le garantiza al EGO una/s larga/s vida/s controlándonos. Y además entonces nuestro EGO se puede hinchar diciendo mira que “grande soy” que cosas más difíciles soy capaz de hacer.
¿Pero no es más lógico coger el camino que lleva a la cumbre de la montaña que sea más rápido y sencillo?

Podría poner muchas más frases, pero os las dejo a vosotros que las vayáis encontrando.

Bueno, ahora vamos a ver ese camino más fácil y rápido

Ese camino no pasa por hacer la disciplina más dura y complicada que nos encontremos. Como he insinuado antes, la “espiritualidad” que nos han vendido durante siglos tenía como objetivo dejarnos atrapados en cosas para que realmente no realizáramos al SER.

Por un lado, sí es muy importante como el arquero que lanza flechas con los ojos tapados, tener muy claro el objetivo: MANIFESTAR EL SER en este vehículo que utilizamos. Pero no se trata de ir todo el día pensando “manifestar el SER”, “manifestar el SER”, “manifestar el SER”, “manifestar el SER”, “manifestar el SER”, “manifestar el SER”, “manifestar el SER”, “manifestar el SER”. (Si podemos pedirle ayuda al SER).
El arquero apunta, tiene una absoluta certeza de su blanco, lanza la flecha y luego deja que esta siga su camino, no intenta ir corriendo a su lado guiándola, entre otras cosas, porque es imposible.
Igual que es imposible que “nosotros” como EGO manifestemos el SER. Es el SER que se manifestará a través de nuestro ego, cuando este reúna las condiciones para que pueda hacerlo. Además, que solo el SER sabe cómo manifestarse, nosotros nunca podremos saber desde nuestra consciencia limitada COMO se manifiesta el SER si entre otras cosas no tenemos ni idea de lo que es en realidad el SER.

¡Huy, si leo esto me desanimo! ¿No podemos hacer nada?

Lo que sí está en nuestras manos es preparar el terreno para que el SER pueda expresarse a través de lo que somos. En este aspecto sí hay cosas que podemos hacer y en realidad es más simple de lo que parece, pero requiere atención y disciplina.

Además del punto clave de cambiar el punto de mira que he comentado al principio, que sin eso no vamos a ningún sitio, podemos hacer muchas cosas. De forma paralela, aunque hay un orden básico a seguir para que no nos estrellemos.

Primero deberemos estabilizar mínimamente nuestro cuerpo físico

No podemos pretender manifestar el SER si nuestro cuerpo tiene por ejemplo fiebre alta o un dolor intensísimo en alguna parte. En algunos casos excepcionales eso puede hacer de “interruptor” para que algo cambie en nosotros para que eso ocurra, pero no sería, digamos, el camino a transitar de forma consciente buscándolo. Por eso es importante “respetar” y cuidar nuestro cuerpo con una alimentación sana, con alimentos sanos y preparados de forma sencilla, con un poco de ejercicio que lo mantenga en buen estado, tratándolo cuando es necesario con terapias no invasivas y sin efectos secundarios, etc.

Y sobre todo el “mundo” emocional interno

Si las emociones, del tipo que sea, nos “invaden”, “gobiernan” y “arrastran”, ante cualquier cosa que nos ocurra externa o internamente, evidentemente tampoco vamos a ningún sitio.

Tormenta en el mar

Por eso es tan importante “gobernarlas” que no es lo mismo que “reprimirlas”. No voy a hacer en este artículo un tratado de cómo gobernar las emociones, pero sí daré algunas pautas básicas.
Ante todo, ser consciente de que las “emociones” pasan a través nuestro: NO SOMOS esas emociones. Ese es el primer paso para desidentificarse de ellas.

Un segundo aspecto es que las emociones negativas se generan siempre básicamente por miedos. Nos podemos hacer una pregunta: en el “aquí y ahora” ¿qué es lo máximo que me puede pasar? Por ejemplo, ¿Que me embarguen porque no puedo pagar algo? Bueno, igual que llego se fue. ¿Que me muera o alguien se muera? Bueno, la muerte no existe. El truco es llevar el “miedo” al extremo, es decir, plantearte mentalmente qué pasaría en la peor de las situaciones y, por un lado, normalmente compruebas que tampoco es tan grave y/o al mismo tiempo encuentras soluciones si eso pasa y ves que seguirías adelante.
Porque además, por ejemplo, en el caso de la muerte, ésta va a ocurrir si o sí, vivamos con miedo o disfrutemos por el camino, ¿qué elegimos? Es decisión nuestra.
Otro trabajo clave en las emociones es (relacionado con el de que no somos las emociones) no decidir en función de ellas. Están ahí, las reconocemos, no negamos. Si tenemos miedo, tenemos miedo. Por ejemplo, aunque me da miedo hacer cierta cosa, SE que es importante hacerlo y decido hacerlo a pesar del miedo. A veces un miedo nos avisa de algo y quizás hay que escucharlo y tomar precauciones o no hacer eso, pero es una decisión que se toma más allá de la emoción, no gobernado por esta.
Por ejemplo, tomar una pareja, suele dar miedo por todo lo que comporta. Pero vale más arriesgarse, aunque puede salir mal (también puede salir bien con todo lo positivo que ello comporta) que ya perder de entrada no empezando porque otra vez anterior me salió mal.

Cuando estamos atrapados por emociones solemos bloquear la respiración y/o tensar partes de nuestro cuerpo. También es MUY importante tomar consciencia de ello y evitarlo. Si es necesario momentáneamente forzándonos a respirar largo y profundo, incluyendo el abdomen en ello y luego cuando nos tranquilizamos volver a dejar la respiración a su aire.
Y si notamos que tensamos una parte del cuerpo, “escucharla”. A veces puede ayudar “exagerar” los movimientos que de alguna manera sentimos que estamos “frenando”. Por ejemplo, golpeando una almohada, o haciendo círculos suavemente sin forzar con el hombro que notamos tenso o agarrotado.
En todo este proceso de estabilización de las emociones nos pueden ayudar algunas líneas de “crecimiento personal” de muchos tipos, pues nos ayudan a “desbloquear” cosas que se nos atascan y “ganamos tiempo” en sanar eso. Pero eso no quiere decir convertirse en asiduos a “cursos” de todo y también estar alerta de que también hay mucho “alucinado” por ahí. Tampoco voy a extenderme ahora en esto.

Otro pilar respecto a preparar el terreno para manifestar el SER es la reprogramación de la mente

La primera cosa a cambiar es darse cuenta de que NO SOMOS nuestros pensamientos.
La famosa frase de “Pienso luego existo” ha hecho un daño inmenso a la humanidad. El SER EXISTE siempre y más allá de tus pensamientos.
Segundo, también tomar consciencia de que los pensamientos que fluyen en nosotros no son NUESTROS. Pasan a través de nosotros. Y el tipo de pensamientos que pasen dependerá de en lo que enfoquemos nuestra atención.
Además, estos pensamientos crean emociones y a su vez esas emociones sintonizan pensamientos otra vez. Eso crea un círculo que puede ser vicioso (pensamientos y emociones que nos limitan) o virtuoso (pensamientos y emociones que nos liberan y hacen felices).
Parar “ese” pensamiento que nos está torturando y dando vueltas en la cabeza es prácticamente imposible. Pero si podemos “decidir” forzarnos a pensar en otra cosa más positiva o como mínimo menos dañina. Y con práctica no es difícil. Es como un músculo que si no lo usas nunca se atrofia, y como más lo usas más se desarrolla. Por tanto, al principio “el músculo” está atrofiado, pues llevamos toda la vida en “piloto automático” de nuestros pensamientos. Pero a medida que vamos practicando ese “cambiar” los pensamientos, va siendo más fácil, vamos descubriendo qué estrategias nos funcionan siempre, a veces o nunca y, por tanto, aprendemos a SER nosotros quienes pilotamos nuestros pensamientos.
Este proceso tiene una ventaja adicional y es que vamos experimentando de forma clara y evidente que NO somos los pensamientos, puesto que los estamos guiando, no al revés como ocurría antes y si hay alguien que guía los pensamientos, no somos los pensamientos, es evidente.
Otro punto clave en el gobierno de los pensamientos es elegir las líneas de pensamiento buscando siempre “el bien común”, no solo la autosatisfacción. Lo primero desarrolla una persona que mejora a la Humanidad y el Planeta, la otra que lo daña y exprime.
Por ejemplo, imaginemos que tenemos que tomar una decisión que afecta a un bosque. En “piloto automático” encontraríamos que no importa destruir un bosque si con eso yo gano algo. En “piloto del SER” quizás tendré que comprarme un coche más pequeño, pero así no tengo que destruir el bosque que todo el mundo podrá seguir disfrutando.

En todo este proceso de “liberación” también ayuda dedicar unos minutos al día, quizás al ir a dormir, a reflexionar sobre porqué y cómo nos hemos comportado durante el día

¿Hemos sido “templados” en nuestras emociones? ¿Qué nos sacó de nuestro centro? ¿Por qué? ¿Qué podemos “pensar” o “hacer” distinto otra vez que nos ocurra eso para que no nos atrape?
Y también: ¿Qué líneas de pensamiento se me han repetido? ¿Qué suele provocar que entre en ellas? ¿Por qué pensamientos puedo sustituir esos que no me aportan nada positivo?
A veces hacerlo por escrito en una especie de diario nos puede ayudar, pues de alguna manera eso ayuda a que se grabe en nuestro “programa” mental lo que estamos trabajando.

Otro punto clave respecto a la mente es parar los pensamientos

Eso solo será posible cuando todo lo dicho antes ya es bastante habitual en nosotros y aunque en nuestra mente haya pensamientos, SABEMOS que en realidad no somos esos pensamientos. Por tanto, podemos dejar que vayan pasando por nuestra mente, pero no nos “agarramos” a ellos e igual que entran dejamos que salgan y seguimos con nuestro objetivo
Cuando la mente ya funciona de esa manera, con el SER como piloto cada vez más, podemos empezar a centrar nuestra atención en los momentos ENTRE pensamientos. Esos momentos al principio serán los microsegundos entre pensamiento y pensamiento. Pero en ese instante en que no hay pensamiento SOMOS LO QUE SOMOS. Somos el SER, el YO SOY o como lo queramos llamar. Y en ese instante nos conectamos, por tanto, con ESO y con su energía. A base de práctica regular de ese ejercicio, esos microsegundos se irán expandiendo a segundos, etc. Y cuando se consigue estar en ese silencio, aunque sea un segundo, el SER ya se empieza a manifestar claramente en nuestras vidas, pues le estamos “abriendo la puerta”.

Para terminar el artículo un detalle importante: El SER es imposible que se manifieste a través de nuestra mente lineal que utiliza palabras para funcionar (hemisferio izquierdo). Puede hacerlo a través de la mente cuántica (hemisferio derecho) que es capaz de procesar el universo entero a la vez. Pero sobre todo se manifiesta en lo que MANIFESTAMOS en nuestra vida, aunque parezca una redundancia. Lo que MANIFESTAMOS es lo que SOMOS.

Niños creciendo

De ahí otra pregunta: ¿Qué manifiesto? SER → ego, solo EGO o a ratos una cosa y a ratos otra.

Debemos permitirnos equivocarnos, un niño aprende a andar cayéndose al principio y no se autocastiga por ello, por tanto, lo normal al principio será a ratos una cosa y a ratos otra. Pero a medida que nos mantenemos firmes en nuestra decisión de convertirnos en vehículos de manifestación del SER poco a poco se va grabando y afianzando el programa en nuestro vehículo que permite funcionar con el esquema SER → ego cada vez más.

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Autor: Josep Vergés Fecha: 19/08/2014