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Foto térmica

Mucha gente no entiende a qué me refiero cuando hablo de consciencia corporal, pues suele haber un gran desconocimiento. Ese desconocimiento no es del cuerpo físico, de dónde están los órganos básicos, algo hoy en día todo el mundo más o menos conoce, sino que me estoy refiriendo a sentir cada parte del cuerpo, notando las cosas que ocurren ahí dentro.
Cuando se tiene dolor de estómago o se ha recibido algún daño, más o menos todo el mundo llega a notarlo. Pero algo que me sorprendió cuando empecé a recibir clases de consciencia corporal fue que había mucha gente que en realidad no notaban en absoluto partes de su cuerpo, a no ser que los pincharas, por decirlo de alguna manera.

Y no es que yo fuera ninguna maravilla, pero me resultaba sorprendente el extremo de falta de esa consciencia al que llegaban l@s compañer@s de clase. Ahí entendí cómo, por ejemplo, se pueden llevar zapatos de tacón que destrozan el pie y no enterarse de los gritos de socorro que este emite sin lugar a dudas.

Tampoco se trata de caer en un narcisismo y una autocontemplación, pero sí que es importante como vehículo en el que estamos, cuidarlo bien para que funcione correctamente. A veces es tan sencillo como estar un poco alerta, notar lo que nos está diciendo y responder ante eso antes de que vaya a peor.
Si el trabajo se hace correctamente puedes estar años sin ir al médico, porque si lo notas simplemente antes de que esto degenere en una enfermedad, eres capaz de restituir la situación de forma interna.

Se trata básicamente de ir notando.

Al principio se notarán pocas cosas, y poco a poco, con la autoobservación y la práctica, se irán notando más.
Al principio solo se notarán cosas muy fuertes, por ejemplo un dolor muy fuerte y poco a poco se irán notando pequeñas tensiones más sutiles. Después se irá notando primero puntualmente y luego de forma más estable el fluir de la energía, mucho más allá de lo que la gente se puede imaginar que podemos hacerlo.

Evidentemente, no es algo que se desarrolla en un día, son años de atención, repito que sin entrar en narcisismos, pero sí de tomar consciencia. El tomar esa consciencia te permite notar cuando algo está ocurriendo y poder actuar antes que vaya a peor. Ese actuar puede ser algo tan sencillo como simplemente respirar ese dolor o hacer unos movimientos que liberan esa tensión que se está empezando a acumular en una parte del cuerpo, todo antes de que llegue a algo más. (Ver artículo: Cómo acercarse a los puntos que duelen)

Muchas personas viven sintiéndose dentro de la cabeza porque es donde normalmente tenemos “metida” la consciencia. A veces desplazar la consciencia al corazón, que es un punto donde hay movimiento y fácil de hacer consciente, puede servirnos para relajarnos porque nos permite salir de ese encierro en la cabeza.

Otro punto importante es que cuando tenemos alguna crisis emocional, ya sea fuerte y puntual, o no tan fuerte pero sostenida en el tiempo, que nos altera sobrepasándonos, se crea lo que se llama “focos de Hammer” en la cabeza, que son pequeños puntos o grandes, dependiendo de la magnitud del impacto y el tiempo que tarda en resolverse, que son detectables vía TAC. Y ese es el punto de inicio de las enfermedades.
Para eso puede ayudar muchísimo el Sungazing, que es una técnica que consiste en mirar el sol.
El Sungazin trabaja directamente sobre todo el cerebro, reordenándolo y poniendo el cerebro por decirlo de alguna manera en orden, haciendo que focos que están allí pendientes o en proceso de desarrollar alguna enfermedad, se curen antes de que eso ocurra en el cuerpo.
(Ver artículo sobre Sungazing: Como practicar Sungazing de forma segura)

Foco de Hamer

También pueden ayudar otras técnicas de masaje como por ejemplo el masaje de manos u otros sistemas que puedan ayudar a descongestionar la cabeza y/o ya la parte afectada. Por eso también es muy importante tener consciencia de lo que ocurre en nuestra cabeza con respecto a sensaciones. Sin obsesionarse, sin estar todo el día pendiente de que cualquier sensación vaya a ser algo malo, pero si notarlo, tenerlo presente y actuar en consecuencia.
Hay personas que acumulan energía en distintas partes del cuerpo, sensaciones, dolores o tensiones. Por ejemplo, hay quien tiene el “síndrome de los ojos hacia dentro”, que es una sensación que muchas personas tienen cuando están muy cansadas, cuando han estado muchas horas con el ordenador o cuando han tenido un desgaste energético fuerte por procesos emocionales intensos.

Otras personas pueden tener sensaciones en el estómago, muy habituales después de una discusión, por ejemplo, aunque luego degeneran en dolor de estómago porque entonces el estómago está mal. Eso es el pez que se muerde la cola, como hay dolor de estómago, la consciencia se centra en el estómago y, por lo tanto, tienden a acumular cosas en el estómago cuando les pasa algo y vuelve a empezar. Aunque también hay que tener en cuenta que esto es así porque ya tendían a acumular conflictos allí.
Aquí es donde la ciencia “clásica” dice que es por la genética. Aunque una parte es cierta, lo que se hereda fundamentalmente son los patrones de conducta energética, que, por tanto, nos llevan a situaciones parecidas.

Desarrollar la “Consciencia Corporal”.

La clave está en mantener una cierta atención a los “movimientos” dentro del cuerpo, como sensaciones, energías, pequeños dolores o tensiones, etc. Sobre todo al principio habrá que poner bastante dedicación y hacer ejercicios conscientes, pero luego ese cierto grado de alerta se vuelve ya algo automático y nos “avisa” para que, entonces, sí pongamos atención consciente momentánea a ese punto que nos reclama y trabajarlo.
Por eso también es muy importante que cuando hagamos algo, hagamos únicamente eso.

Por ejemplo, si salimos a andar, o a correr, o en bicicleta, hagámoslo con plena atención. Nada de auriculares y música ni otras distracciones. Nos centramos en las sensaciones que nos van llegando de cada parte del cuerpo, con una actitud abierta de aceptación. También puede ser útil “dejarse empapar” por el entorno donde estamos. Solo observar, registrar y si lo sentimos necesario hacer movimientos para ayudar a “liberar” eso. La idea sería una actitud como en el“Automasaje interno”, pero en este caso no suele haber movimientos a parte de los que hacemos con lo que hacemos.

No voy a desarrollar en este artículo los ejercicios, y solo pondre algunas referencias para captar la idea.

Hacer-se el “Automasaje interno”. Podemos llegar a tomar consciencia de músculos que ni sabíamos que teníamos.
Hacer-se un masaje de manos o que nos hagan un masaje de pies, pero observando las sensaciones reflejas que nos surgen de partes del cuerpo.
Que alguien de confianza nos haga un masaje suave, pero sobre todo centrándonos en las sensaciones que nos llegan de la piel, de debajo de la piel, en cómo notamos sensaciones en otras partes del cuerpo. (Ver artículo: «Como acercarse a los puntos que duelen y a los miedos”)
Que si sentimos un dolor o tensión en zonas del cuerpo que nos es difícil tocar y sobretodo ver, que alguien simplemente nos toque por la zona siguiendo nuestra guía. Eso nos permite “enfocar” mejor en ese punto y identificarlo y “conscienciarlo” con mucha más precisión.
Tumbarnos en el suelo y sentir la “presión” que nuestro cuerpo recibe del suelo e ir cambiando de posición y hacer lo mismo.
En diferentes posiciones, de pie, sentado, tumbado, etc, ir desplegando y moviendo brazos, piernas, cabeza, etc., levantando y bajando, rotando, etc. buscando muy suavemente el límite de ese movimiento. Y una vez llegamos a él, forzar un poco y si notamos dolor, aflojar justo al límite donde no hay dolor y quedarse allí “contemplando y respirando” ese punto. Es vital que cuando estamos en esos puntos límite no se bloquee la respiración, pues es “el tubo de escape” de lo retenido allí. Si bloqueamos la respiración no desbloqueamos nada.
Con la menor ropa posible, ir tocando con las distintas partes del cuerpo distintas superficies como, hormigón, madera, tela, hierba, rocas de distinto tipo, árboles, musgo, etc. y escuchar con total atención “que sentimos”.

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Es recomendable ir haciendo estos ejercicios de forma periódica, alternándolos, aparte de la autobservacion constante.
Si somos un poco constantes, algún día nos sorprenderemos de lo que estamos siendo capaces de percibir y nos sorprenderá nuestra “ignorancia” anterior.

Está en preparación un artículo de ejercicios, con audio incluido para facilitar la realización.

Autor: Josep Vergés Fecha: 21/06//2015

Para ampliar temario:

«Consciencia Corporal 2/3»

«Como acercarse a los puntos que duelen y a los miedos”

«Automasaje interno»

Automasaje de manos

Enfermedad y dualidad

Karma, energía y Continuidad de Consciencia

Karma y creaciones mentales

Vértigos, mareos, enfermedades y Consciencia

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